Rencor
- Réxica
- 19 may 2017
- 3 Min. de lectura
Cómo detesto esta cosa tan aborrecible de que una persona con decir dos pelotudeces afecte todo tu estado de ánimo día y toda la mierda que transitas. Estoy re cansada de todo esto, estoy cansada de vos. Constantemente exigiéndome buen trato cuando lo único que tratas bien son tus ganas de hacer de cuenta que sos lo mejor del mundo. Y no, creo que no hay muchos seres peores que vos. Me tenés cansada. Siempre permitiendo que me hagan daño, siempre dejando que tus palabras me determinen, chismosa e hiriente, siempre tratando a los demás como si tuvieras el derecho de proclamarlos tu mierda personal.
No voy exhibir toda la mierda que hiciste, ni voy a alardear de la mala madre que tengo, porque dar pena no es mi principal objetivo. simplemente quiero sacar todo esto de mí. Y ya no sé cómo.
Cada día, cuando te veo, pasa un pequeño resumen de toda la mierda que me tiraste encima, de cada acto violento al que me expusiste o del cual fui tu victima. Una historia larga en tan sólo un segundo y, como todos los días nace el rencor. Pero creo que muy en el fondo sentis orgullo de lo que generas. ¿Cómo no querer tratarte mal? Si todo lo que recuerdo me dan ganas de gritarte hasta que se me salgan las cuerdas vocales. Pero no, me guardo y te respeto. Y todavía no me aseguro bien por qué. Pero lo hago.
Pero vos no te guardas los momentos de tratarme mal o culparme de tus miles de miserias. La peor parte es que por muchos años las creí mi culpa. Pero lo que tenes es lo que te mereces, lo que trabajas por. Y sólo son culpa TUYA.
Cada vez que en la tele, una película o lo que sea, algún medio de comunicación, se ve alguna violencia de las que practicaste en mí y contestas de forma pedagógica como una puritana, como si nunca lo hubieras hecho, me arde y hierve la sangre. ¿A qué nivel llega tu hipocresía?
Cada vez que me abrazas, me besas o me felicitas con alegría me enferma internamente saber que lo haces porque te conviene, queda lindo o en ese momento sos humana, por dos minutos. Pero más me enferma que después me trates mal, como si fuera gratis. Pero no lo es.
Esas cosas salen caras, por esa razón espero que algún día no sufras demasiado, creo que ni te va a afectar, cuando, como te dije hace unos minutos, yo me vaya y nunca más en la vida vuelva a querer verte la cara ni que veas la mía. Nunca voy a dejar que pises mi casa, ni que conozcas a mis hijos o a mis mascotas, que no sepas con quién decidí compartir mi vida, que no sepas de que color es el sillón de mi living ni qué tan grande es mi TV o mis logros, dónde trabajo, qué me da mi éxito. Porque no quiero volver a sentir tu veneno en ninguna circunstancia. Porque no toleraría la idea de que vuelvas a tratarme bien dos minutos por un poco de reconocimiento que nunca te voy a dar, ni aunque lo tengas.
Mucha gente asimilara este recor con una cuestión infantil y no los juzgo, pero, quienes me conocen y la conocen, saben que es un resultado que ella estuvo trabajando muy de a poquito conmigo. Esto conseguís por tus tratos,
Ojalá pudiera decir que cada cosa que hacer conmigo no me afecte en ningún sentido, ojalá verte mal o bien no me cambie el día. Pero no puedo, es más fuerte, lo cultural me enseñó de alguna manera a añorarte.
Pero por esa razón, espero que no te pase lo mismo, porque si a mi me dolió aquello, no quiero saber lo que te dolerá perder una hija, tu única hija.






Comentarios