Platos sucios

La época de parciales que condenaban la siguiente de finales se acabó, al fin. El estudio no había dejado espacio en mi agenda ni para escribir y el poco tiempo que use para no estudiar lo use para trabajar.

No se confunda la interpretación, no me quejo, es más, de no ser por estas cosas hubiera tenido mucho tiempo para pensar en mis cosas y es lo que no necesito ahora. Las cosas llueven con constancia, el problema es que no solo en forma de gotas. Estas semanas me recordaron que las precipitaciones pueden ser varias.

Mañana tendré un día para pensar que prefiero dedicarlo a muchas cosas que no me lo permitan.

Pensar era mi pasión y ahora es uno de mis peores enemigos. Necesito mi mente lo más distraída de mí misma por unos días, porque realmente la he pasado bien sin pensar, y eso no es muy normal en mi día a día déjenme aclarar.

No quiero que empiecen las quejas, que mi propia mente me castigue por todos los deseos oprimidos y pensamientos opacados.

Es más, todo esto que escribo... es para no pensar.

No pensar en las oportunidades que perdí y en las que tengo que ver la forma de obtener. No pensar en mis compromisos, en mis dolores, ni en mis pasiones.

Creo que a veces es necesario alejar todo para luego ver bien que es lo que estoy haciendo.

Me siento como cuando mis padres no estaban en casa por un fin de semana y la mesa de la cocina era un desastre lleno de platos, vasos, fuentes (sí, en dos días ya era un asco ese lugar) y no tenía dónde poner mi plato. Esa noche descubrí que si sacaba todo de la mesa podía tener el espacio necesario y más.

El problema es que no los limpie y después fue una carga más pesada cuando lo tuve que lavarlos todos juntos.

Lo mismo con mis problemas, si pudiera limpiarlos el día que los uso podría evitarme estar a fin de año viendo una pila enorme de problemas en el lavabo. Y problemas diferentes, variados, molestos, simples, de vidrio, de madera... Si se rompen no hay vuelta atrás. Algunas veces los demás deciden que en su bacha no hay más lugar y me los traen a mi... aunque es lo de menos, realmente.

Sin embargo, sigo alejando los platos sucios de mi mesa, como si solo me importara tener en dónde comer y creer que mis platos sucios los lavará alguien más o lo harán por si solos.

Si tan sólo me dijeras algo podría ponerme a lavar los platos.