Desahogo un jueves por la mañana
- Réxica
- 10 nov 2016
- 2 Min. de lectura
El sol ya salió y puedo escuchar los colectivos transitar como todos lo días. Mi paranoia me hace creer que escucho los pasos de las personas yendo hacia sus trabajos o institutos educacionales.
Intenté de todo y el sueño no se manifiesta del todo.
Y ahí voy de nuevo con lo mismo de siempre y al mismo tiempo nunca. Algo me está pasando, pero... ¿Qué? Hasta hace unas cuantas horas podía dormir... esas cuantas horas.
Siento una mezcla de emociones que empujan mi externón y reducen mi estómago y creo saber qué es pero no saber si es el momento. Y como siempre, lo manifiesto en el no poder dormir.
Es que me han dejado anonadada ciertas instancias que me tocan a veces. Y entre la euforia y el miedo la guerra es fatal y, para colmo, ocurre en mi pecho.
Tantos pechos llevados por personas con los actos sucios y de todos ellos el pecho me inquieta a mí. Será que soy demasiado humana, moral o ética.
Las palabras que algunas veces uno se guarda para evitar desbordar lo poco que se tiene bajo control son incesantes, no quiero que desaparezcan, sólo déjenme dormir.

De nuevo, este enfrentamiento contra mi mente y mi corazón. Y no sólo eso, todas mis emociones toman forma y se ponen a debatir, como si les incumbiera algo de lo que me pasa. Atrevidas, directas e hirientes, aunque a veces muy efectivas.
¿Por qué habré nacido humana? Debí haber nacido gato, se preocupan menos.
Le doy demasiada importancia a lo que siento y eso, por lo que observo en mi día a día, es lo que menos importa a la gente. Pero, no, claro. Réxica...
Condenada Réxica que sólo te importan esas vibraciones que te hacen elevar, es que es tan egoísta de tu parte querer sentir tocar el cielo con las manos que no me dejás tiempo a pensar, y menos a dormir.
Relájate unos instantes, aprovecha el mundo de ensueño para idear tus fantasías y de paso déjame dormir, un rato. Aunque sea uno pequeño, y te prometo, interna Réxica, que todo va a estar bien...
Al menos algún día.






Comentarios